Ucrania colonia del fondo de inversión BlackRock. Quarracino.
Marco Tosatti
Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, José Arturo Quarracino, a quien agradecemos de todo corazón, ofrece a vuestra atención estas reflexiones sobre la guerra en Ucrania, y sobre quienes mueven sus hilos, con el habitual cinismo que nos es familiar. Disfruten leyendo y compartiendo.
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Ucrania colonia del fondo de inversión BlackRock
Estamos en las vísperas de que el 24 de febrero se cumpla el primer aniversario del comienzo de la “Operación Militar Especial” que el presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, lanzara contra el gobierno de Ucrania, que ya había dado su beneplácito para que la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) instalara bases militares y misilísticas en las fronteras del territorio ucraniano. Todo un dispositivo militar que en gran parte apuntaba hacia Moscú y zonas del territorio ruso.
Como es habitual en este tipo de acontecimientos, toda la prensa mundial -en manos de la plutocracia occidental globalista o manipulada por ella- se ocupó de calificar el conflicto de un enfrentamiento entre la “democracia” -representada por el gobierno títere ucraniano de Volodímyr Zelensky, peón de George Soros- y el “imperialismo” o la “dictadura” rusa, o en todo caso, como la desaparecida URSS estuviese gobernada hoy por Vladimir Putin y éste fuera la continuidad de los ex jerarcas soviéticos. Pero muy pocos advirtieron que de lo que se trataba en realidad era que se estaba en presencia de una trampa tendida tanto a Rusia como a Ucrania por parte de la administración Biden, la OTAN y la Unión Europea, quienes utilizaron a ambos países para permitir que la élite globalista llevara a cabo un plan criminal, manteniendo decididamente una situación claramente desequilibrante, precisamente para imposibilitar cualquier intento de solución pacífica de la crisis ucraniana, provocando que la Federación de Rusia desatara el conflicto que va a cumplir un año de vigencia[1].
En la mencionada declaración, el arzobispo italiano denunciaba clara y explícitamente que detrás del conflicto, atizándolo entre bambalinas, se encontraban unidos la ONU, la OTAN, el Foro Económico Mundial (FEM), la Unión Europea e instituciones “filantrópicas” como la Open Society de George Soros y la Fundación Bill y Melinda Gates, como tentáculos de la oligarquía financiera globalista, que no sólo está unida por el dinero y el poder, “sino por la afiliación ideológica que guía su acción e injerencia en la política de las naciones y del mundo entero”. Oligarquía que es dueña de los grandes medios de información y comunicación, y que al mismo tiempo son expertos manipuladores de la política y las instituciones públicas nacionales e internacionales, que presentaron la crisis ucraniana como “consecuencia de la arrogancia expansionista de Vladimir Putin hacia un Estado independiente y democrático sobre el que reclamaría absurdos derechos”. Este “Putin belicista” estaría masacrando a la población indefensa, valientemente levantada para defender el suelo patrio, las sagradas fronteras de la Nación y las libertades conculcadas de los ciudadanos, razón por la cual “la Unión Europea y Estados Unidos, ‘defensores de la democracia’, no podían dejar de intervenir, a través de la OTAN, para restaurar la autonomía de Ucrania, expulsar al ‘invasor’ y garantizar la paz”. En este sentido, “Frente a la ‘prepotencia del tirano’, los pueblos deberían hacer un frente común, imponiendo sanciones a la Federación Rusa y enviando soldados, armamentos y ayuda económica al ‘pobre’ presidente Zelenskyj, ‘héroe nacional’ y ‘defensor’ de su pueblo”[2].
Prácticamente nadie prestó atención a lo que oportunamente denunciara e informara el arzobispo Viganò, descalificando su informe como una nueva versión de las teorías de la conspiración elaboradas por quienes no aceptan las bondades del Nuevo Orden Mundial ni de la “filantropía” de sus promotores.
Pero hace unos meses, el 11 de noviembre de 2022, el mismísimo gobierno de Ucrania confirmó y puso de manifiesto que el país “democrático” que tiene un “presidente” que lucha por la libertad y la paz se ha convertido de aquí en más en una colonia del globalismo financiero. El día anterior, el 10 de noviembre, el “Ministerio de Economía firmó un Memorando de Entendimiento con BlackRock, la compañía de inversiones más grande del mundo”, noticia que divulgó el Ministerio ucraniano mismo en su página web[3].
Este memorando incluye un marco para la asistencia consultiva en el desarrollo de una plataforma especial “para atraer capital privado para la recuperación y el apoyo de la economía de Ucrania”, centrándose “en la movilización de inversiones en sectores clave de la economía ucraniana, teniendo en cuenta las necesidades de reconstrucción resultantes de la invasión rusa”.
El acuerdo se firmó en Washington DC, lo cual demuestra quién es el poder fuerte en este vínculo. El objetivo es crear una “hoja de ruta para la implementación de una plataforma de inversión, que atraerá principalmente capital privado. Esto incluye la estructura de la plataforma, su mandato y gobernanza”.
Además, este memorando firmado “formalizó la discusión preliminar de oportunidades para atraer inversión pública y privada en Ucrania”, la cual se llevó a cabo “en setiembre [de 2022] entre el presidente Volodymyr Zelensky y Lawrence Fink, presidente y director ejecutivo de BlackRock”.
Como buen peón y discípulo de George Soros, mientras ponía la economía de su país en manos del fondo de inversión estadounidense, el presidente ucraniano estuvo pidiendo a los países de Occidente -Alemania, Italia, Francia, Estados Unidos- que le regalaran armamento y dinero para llevar adelante la guerra con la Federación de Rusia, en el clásico esquema de las oligarquías financieras: los Estados nacionales corriendo con los gastos para que los grandes capitales privados puedan hacer negocios.
Y como si no fuera suficiente, el mismo Ministerio de Economía de Ucrania justifica la firma del memorando, afirmando que “la división Asesoría de Mercados Financieros de BlackRock ofrece experiencia líder en gestión de inversiones y activos, gestión de riesgos y tecnología”, y además “cuenta con una amplia experiencia en el asesoramiento de clientes del sector público en los mercados de capitales”. Es decir, el señor Zelensky se ha embarcado en la guerra contra Rusia no para defender la libertad y la democracia, sino para poner a Ucrania en manos del fondo de inversión BlackRock. O, en otras palabras, un fondo de inversión privado se ha convertido en dueño de un país hasta ahora “soberano”.
En menos de un año, se torna cada vez más clara la trampa que los dueños de la finanza mundial montaron a través de un conflicto bélico para hacer negocios al más alto nivel, con el concurso de sus siervos políticos revestidos de “lideres”, pero que en realidad no son otra cosa que arlequines, títeres y payasos del imperialismo internacional del dinero.
José Arturo Quarracino
22 de febrero de 2022
[1] Así lo expuso el arzobispo Carlo Maria Viganò en una declaración que dio a conocer el 12 de marzo de 2022, a pocos días de iniciado el conflicto: https://www.marcotosatti.com/2022/03/11/declaracion-de-monsenor-carlo-mariavigano-sobre-la-crisis-ruso-ucraniana/
[2] Ibidem. Recomendamos leer la declaración del prelado italiano en su totalidad, porque en ella ha expuesto exhaustivamente, con todo detalle, los antecedentes históricos de las acciones y maniobras que llevaron a Ucrania a convertirse en un Estado títere bajo la influencia de George Soros y en un ariete de la expansión militar de la OTAN.
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